¿Quién soy?

 

    Las Palmas de Gran Canaria. 21 de enero de 1976. Miércoles. 00:15….¡Buaaaa!... Nace José Luis Padilla Morilla, hijo de José Luis y Loly. De niño parece chino lo que atrae las suspicacias de su padre.

    Algunos dicen que sus aptitudes para el dibujo están en su genoma al ser sobrino bisnieto del famoso pintor canario Nicolás Massieu y Matos. Otros explican su talento en su negación para el deporte ya que, mientras todos los niños jugaban con sus bicicletas, monopatines o balones, Padylla jugaba con la imaginación, un bolígrafo y papeles, cientos de papeles. Siempre autodidacta, en su infancia hacía unos dibujos extraños basados en las mascotas del programa Un, Dos, Tres (le apasionaba la Ruperta). Por otro lado, le encantaba copiar a los personajes de los maestros que admiraba y sigue admirando: Ibáñez, Escobar, Quino, Jan, etc.. Desde siempre e influenciado por sus maestros dibuja a todos sus personajes con ojos como si fueran huevos.

    Durante su infancia y adolescencia no para de dibujar: en casa, en la playa y en el colegio. En el Colegio (Claret) gana algún que otro premio y los profesores y compañeros empiezan a llamarle por su apellido Padilla, lo que les da para hacer todo tipo de rimas de carácter gastronómico: tortilla, ensaladilla, empanadilla, etc. Él les responde caricaturizándoles. Ya en BUP, fue animado a seguir dibujando por su profesor de dibujo, Orlando, al cual le brindó con varias láminas de "SúperOrlando".

    Podía haber estudiado Bellas Artes, Publicidad, Periodismo, etc. pero por alguna extraña razón elige emprender una de las carreras menos creativas y más sosas del panorama universitario: Ingeniería Industrial. El verano del primer año de estos estudios, en lugar de estudiar para septiembre se dedica a dibujar un conjunto de viñetas motivado por la etapa política convulsa nacional (GAL, Roldán, etc.). Casualmente en esa época nace un nuevo proyecto periodístico llamado La Gaceta de Las Palmas. Su mejor amigo y el padre de éste, Blas y Alberto, le empujan a presentar su trabajo el cual gusta mucho a su director y a su redactor jefe, Jorge Batista y Juan Nicolás Cruz. De esa forma en octubre de 1995 sale publicada la primera viñeta firmada por Padylla (lo de la ‘y’ en lugar de la ‘i’ surgió por darle algo de glamour) que consiste en sacar al alcalde José Manuel Soria como fotocopia de José María Aznar. Es tanto el impacto que tiene el dibujo que ve en los temas locales y regionales un filón, siendo sus musos además del alcalde, el Presidente Hermoso y el entrenador de la UD Las Palmas Pacuco Rosales, el cual dice que lo saca muy gordo. Después de dos años, de acudir a la oficina del rotativo a dibujar todos los días y de hacer muchos amigos, cierra.

    Flirtea con La Provincia un par de agostos en las páginas de verano y en la sección de Economía, hasta que en 1999 forma parte de otro nuevo proyecto llamado La Tribuna de Canarias dirigido por Federico González Ramírez. El tándem Román y Adán le da muchísimo juego hasta el 2001, año en el que el periódico cierra. Ya era el segundo, lo que le hace pensar que quizás era un poco gafe.

    Tras un amago en las páginas deportivas del Canarias 7 y apunto de tirar la toalla (o la pluma), a principios de 2002 Martín J. Marrero y Manuel Almeida, viejos conocidos de los anteriores medios, lo llaman para la redefinición de un proyecto llamado La Gaceta de Canarias que sale junto al periódico El Mundo en el Archipiélago con una visión mediática regional, sueño totalmente compartido y ansiado por Padylla. En este medio se convierte en el azote gráfico de los gobiernos de Adán y de Paulino. Y como no podía ser de otra manera, a finales de 2008, éste también cierra. ¡Y van tres!

    Dispuesto a dejar los lápices  (por el bien del mundo periodístico), a principios de 2009 el intrépido Joaquín Catalán, antiguo director de La Gaceta y entonces director de La Opinión de Tenerife, lo rescata para incorporarse a este periódico y es donde Padylla le dedica numerosas obras a su muso: el variopinto presidente Paulino Rivero. 

    A partir de 2015, sus viñetas se publican también en La Provincia/Diario de Las Palmas, bajo la batuta de Antonio Cacereño y con la bendición de Francisco Orsini, director de contenidos del grupo en Canarias. Todo un honor al ocupar el espacio de su admirado viñetista Carlos tras su jubilación. En 2019, cuando La Opinión se fusionó con El Día, se incorporó también a este, donde permanece con los dedos cruzados y tocando madera.

    Cual superhéroe de cómic, trabaja por las mañanas en la Administración Pública bajo el nombre de José Luis, pero por las tardes se convierte en su álter ego Padylla. Dice, además, que su mayor obra no es gráfica sino es su familia, formada por sus nada tranquilos cuatro chiquillos (Julia, Mateo, Diego y Emma) y Maru, su máximo apoyo condicional. Condicional a que acabe la viñeta pronto.

    De vez en cuando, se codea y come croquetas con los maestros admirados Morgan y Montecruz, con el único propósito de arreglar el mundo. También, desde finales de 2018, es miembro fundador de la Asociación Canaria de Humoristas Gráficos y Caricaturistas “Se nos fue el baifo” con el fin de preservar este patrimonio de Canarias y dar continuidad a esta seria profesión.

    Durante estos últimos 25 años, se ha convertido en el retratista “oficial” de los presidentes de Canarias, desde Hermoso hasta Torres. Mediante la crítica y el sarcasmo, ha reflejado en sus dibujos lo acontecido en la vida política, económica y social de Canarias. Tiene la firme convicción de que el humor gráfico es la mejor herramienta para cambiar el mundo y que seguirá luchando para que así sea.